La mayoría de nosotros queremos conocer a la persona adecuada, pero ¿nos preguntamos realmente si somos la persona adecuada para alguien?
La ley de la reciprocidad
Las leyes de la naturaleza son implacables, y una de ellas es muy valiosa. Se llama ley de la reciprocidad y afirma lo siguiente: tendemos a dar lo que recibimos y, como corolario, la otra persona tiende a ofrecer para compensar lo que le hemos dado. Cuando salimos en busca del amor perfecto, en realidad nos estamos ofreciendo a cambio de recibir a la otra persona. Es un intercambio de regalos, con la diferencia de que la persona es el regalo. A corto plazo, la falta de reciprocidad es soportable, pero a largo plazo, las leyes de la naturaleza son ineludibles: la ruptura es el único resultado posible cuando no se respeta la reciprocidad en la pareja. ¿Cuáles son los signos de la falta de reciprocidad? Si tuviera que resumirlo en una sola expresión, sería una diferencia de sacrificio. Veamos más de cerca las dimensiones del sacrificio.
La mentalidad de atraco
La mentalidad del ladrón es quizá característica de nuestro tiempo. Significa intentar ganarse a alguien que ha hecho un gran sacrificio y ha alcanzado cierta excelencia en uno o varios ámbitos de la vida sin haber sacrificado nada uno mismo. La gente busca atajos y no quiere pagar el precio justo por algo. En resumen, prefieren robar. Estos ladrones pueden adoptar la forma de los clásicos “cazafortunas” o carteristas que confían sobre todo en su labia para conseguir sus fines. Esta estrategia no suele llevarte muy lejos porque se basa en una forma de estafa, es decir, en el incumplimiento de la ley de la reciprocidad. Nadie tolera durante mucho tiempo a alguien de su círculo cercano que no tenga el mismo nivel de exigencia y sacrificio.
Autoconservación frente a exploración
Muchas personas quieren explorar y disfrutar de la vida antes de “sentar la cabeza”, con la esperanza de encontrar a alguien sabio y estable, es decir, alguien que no haya vivido la misma vida patética durante el primer periodo de su vida. Esencialmente, la persona quiere encontrar a alguien que no es, quiere acoger a alguien que se ha preservado y, por tanto, en cierto modo, ha sacrificado ciertos aspectos de su vida, sin ser ella misma alguien que ha hecho esos mismos sacrificios. Hay una injusticia en la transacción, y el intercambio no será válido por mucho tiempo porque el impostor será desenmascarado rápidamente.
Asimetría del sacrificio
Para que dos personas se entiendan, tiene que haber un reconocimiento mutuo de los esfuerzos realizados. Para poder reconocer un sacrificio, uno mismo tiene que haber hecho ese mismo sacrificio durante un periodo de tiempo determinado para poder comprender lo que ese sacrificio significa realmente en su carne. A menudo se dice que una persona que no ha sufrido no podrá comprender el sufrimiento de otra. En resumen, debemos alegrarnos de haber sufrido porque nos abre las puertas a la comprensión del resto del mundo. Comprender el sacrificio sigue la misma lógica que comprender el sufrimiento: hay que haberlo padecido uno mismo. La asimetría del sacrificio significa que sólo una persona de la pareja se ha sacrificado. El resultado es una falta de comprensión del otro. La empatía es, por así decirlo, el ingrediente más importante de una relación. Sin experiencia compartida, no puede haber empatía. A la larga, la propia existencia de la pareja queda en entredicho.
Convertirse en la persona adecuada
Para convertirnos en la persona adecuada, tenemos que avanzar con la idea de la autopreservación en lugar de querer disfrutar de todo, todo el tiempo. La autodisciplina para mejorar tu carácter, mente, cuerpo y alma es el camino a seguir si quieres ser la persona adecuada para tu futura pareja. Puede ser una aventura que emprendas en solitario si no conoces a nadie a tu alrededor que esté haciendo lo mismo. Por supuesto, lo ideal es contar con alguien que comparta nuestro camino y nos apoye en los momentos difíciles.
Mejorar tu carácter (tu corazón)
– Coraje y fuerza de voluntad:
El valor puede desarrollarse adquiriendo el hábito de superar nuestros miedos.
– La honradez:
La honestidad puede mejorarse adquiriendo el hábito de decir la verdad y, por lo tanto, demostrando valentía.
– Empatía:
La empatía puede adquirirse fácilmente viajando o sumergiéndose regularmente en diferentes culturas o entornos socioculturales.
Mejorar el intelecto
– Agilidad mental:
La agilidad mental proviene de la capacidad de unir ideas dispersas. Enfrentarse constantemente a nuevas ideas ayuda a ser más ágil mentalmente. No hay nada mejor que leer con regularidad.
– Capacidad para pensar con claridad:
Pensar con más precisión o claridad puede lograrse mediante el hábito de escribir.
Al escribir, confrontas tus pensamientos e intentas encontrarles coherencia y lógica.
Mejorar tu alma
– Ten pensamientos serenos:
La serenidad es la base de un enfoque espiritual (que en pocas palabras puede resumirse como la búsqueda de la verdad). Si quieres ganar serenidad y claridad mental, la meditación puede ayudarte.
– Conectar con Dios:
Rezar con regularidad u ofrecer tus acciones a la divinidad te ayuda a conectar con Dios.
Mejorar su cuerpo
En este campo no hay secretos: probablemente ya sepas qué actividades pueden desarrollar tu cuerpo. Sin embargo, yo recomendaría dos en particular:
– Las artes marciales para desarrollar la fuerza, la agilidad, la flexibilidad y la fuerza de voluntad.
– La danza te ayuda a desarrollar la coordinación corporal y estimula zonas del cerebro inusualmente estimuladas.
El cuerpo no es sólo fuerza, músculo y flexibilidad, es también, y sobre todo, sistema cardiovascular y digestivo.Para mejorar el sistema cardiovascular, son buenos los deportes de resistencia (ciclismo, carrera, piragüismo polinesio, etc.), así como las sesiones de sauna.Una dieta principalmente (o totalmente) vegetariana, rica en fibra, y ayunos ocasionales pueden ayudar a mantener una buena flora intestinal.
